miércoles, 8 de diciembre de 2010

El teatro del cambio.

La semana pasada hablábamos sobre el cambio, sus diferentes fases y las circunstancias por las y problemas que teníamos a la hora de realizar el proceso de cambio. Esta semana nos centraremos en las dificultades que surgen dentro del proceso.

Una vez iniciado este proceso pueden surgir multitud de problemas, las cosas no siempre ocurren como nosotros queremos y hay cosas que pueden escapar de nuestro control, esto generalmente nos puede producir estrés y una sensación de falta de control y de caos en nuestra vida.

Cuándo surgen los problemas en el proceso de cambio ¿qué debemos hacer?, lo primero que debemos de tener en cuenta es que, durante este proceso se van a producir una serie de perdidas. Cuando realizamos una transición siempre dejamos algo atrás, pero las ganancias y nuestra meta son más importantes y las valoramos más que a esas pérdidas, pero nadie dijo que renunciar a cosas que tenemos o que damos por supuestas fuera fácil. En estos casos solución es centrarse en el proceso de cambio, ser pacientes e ir ganando poco a poco lo que queremos, de forma constante y sin acelerarnos.

Por otro lado, como comentábamos anteriormente, durante el proceso surgen pueden surgir problemas con las personas que nos rodean, con esas personas que nos mienten piadosamente diciéndonos que nos quieren cuando en realidad lo que quieren decir es que nos controlan, personas que no quieren que realicemos el cambio porque eso supondría dejarles atrás o simplemente nos sentimos agobiados por la gente.

Para este tipo de situaciones podemos realizar lo que me gusta llamar “punto de disociación”. Es muy simple, pero a la vez muy complejo y requiere paciencia, entereza y conocimiento de uno mismo. Cuando nos encontremos antes este tipo de situaciones problemáticas hemos de alejarnos del proceso, hemos de tomarnos un tiempo del proceso, de la situación y de la gente que nos rodea. Una vez fuera del proceso, y esto es lo difícil, hemos de observar la situación de forma objetiva, analizar los fallos y ver qué podemos hacer para volver a encauzar el proceso de forma positiva. Una vez redirigido el proceso, hemos de volver a el y seguir con el la transición.

Esto que parece muy complicado puede resumirse de forma simple con la metáfora del teatro. Imagina que eres el protagonista y director de una obra de teatro. Cuando actuamos tenemos a los otros actores secundarios interactuando con nosotros, entre ellos, actuando de una forma que no siempre nos satisface, en otras ocasiones no son buenos actores u ocupan un sitio que nos les merece.

Como actor y director puedes salir de la escena, recolocar a los actores, quitar a los malos, alejar a los que molestan, acercar a los actores que realmente quieres o te interesan. Has tomar constancia de la situación y actuar para volver a escena. Tú eres el protagonista y el director, el proceso ha de ser como tú desees, como te haga feliz y no como te impongan los demás. ¡Es el teatro de tu vida! ¡Haz que merezca la pena!


2 comentarios:

  1. Chapo! lo único que añadiría es que para poder ver lo que sería mejor cambiar de nuestras vidas es saber quien somos nosotros, sino creo que es difícil hacer la criba.

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  2. Exacto! he de hacer otro post sobre lo que comentas! :D

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