lunes, 27 de febrero de 2012

Lo mejor de ti


Uno se cansa de estar en un rincón de su habitación esperando a que algo ocurra.  Hay que moverse, basta de malgastar el tiempo, basta de pensar en esas personas que no aportan nada, basta de preocuparse por personas que te han demostrado que les importas una mierda. Hay que abrir la ventana y mirar ahí fuera, hace un día soleado, un mundo nuevo espera, pienso tirar todos los trastos viejos por la ventana mientras grito a pulmón abierto que no soy como los demás, no pienso rendirme.

Sí te tratan como una mierda que no esperen un cálido recibimiento, no esperes que me quede toda mi vida esperando, la vida sigue y hay demasiado por buscar y encontrar  cómo para perder el tiempo pensando en el pasado. ¿Y bien? La misma canción de siempre no merece un segundo de mi tiempo. A veces uno es su peor enemigo y, sinceramente, ya paso de esa mierda insustancial.

Y cuando sales de toda esa basura ves como el destino juega de forma ingeniosa sus cartas y guarda una jugada maestra que, acompañada con algo de fortuna y un poquito de esfuerzo, consigue hacer que el corazón te de un vuelco. Casualidad, coincidencia, llamadlo como querías, pero me hace sonreír y eso es lo único que me importa ahora mismo. ¿Nunca has cruzado la mirada con una persona y has pensado al segundo “conectamos”? Dichosa intuición, no falla una.

Ya me he cansado de guardarme tantos secretos, me he hartado de dedicarle tanto tiempo a personas que me consideraban simplemente una opción,  estoy agotado de todas esas personas que solo me buscan para contarme sus “problemas” y luego se olvidan de mi. Ellos se lo pierden.


 
Quiero tener a mi lado esas personas con las que conecto, a las que les importo, las que me demuestran día a día lo especiales que son. Me gustar ser yo mismo, qué le vamos a hacer, pero cuando te encuentras con esa persona con la que conectas no solo has de ser tu mismo; has de dar lo mejor de ti mismo  para conseguir que esa persona , no solo sea ella misma, has de conseguir que sea mejor. Y eso es lo que deseas, simplemente, sacar lo mejor de la otra persona.

jueves, 9 de febrero de 2012

Sonrisas y puzzles


Una sonrisa, es todo lo que hace falta para hacerme feliz. Ver sonreír a los míos, a la persona que tengo a mi lado, a mis amigos, a la persona que amo.  Un, aparentemente, pequeño detalle hace que todo el mundo cobre sentido y la vida misma, la felicidad más sincera, ha de basarse en esos pequeños detalles.

Y la veo sonreír y el tiempo se detiene, sin previo aviso, sin mayor explicación. Desearías que ese instante fuera eterno, pero sí lo fuera ¿Qué sentido tendría? Seguramente perdería todo su encanto. Vivir intensamente ese instante, guardarlo, hacerlo tuyo, algo especial, tomar una fotografía mentalmente.



Detalles, como decía anteriormente, que hacen que tu mundo cobre sentido. El día que no se pare el tiempo con una sonrisa, que no se me ponga la piel de gallina cuando roza mi piel, el día que no sienta un escalofrío cuando me besa, ese día estaré muerto. La vida está compuesta de momento que no se nos tienen que escapar, momentos mágicos que hemos de valorar, pequeñas piezas de un puzzle que debería conformar nuestra felicidad.


Marcarnos objetivos más elevados, más abstractos, puede ayudarnos a focalizar y a encauzar nuestro camino, pero ese puzzle abstracto está formado de pequeñas piezas del día  a día.  Siempre he pensado e que el todo es algo más que la suma de las partes, pero esas partes son necesarias para crear la sinergia necesaria.

Para mi la felicidad está en el día a día, en esos momentos, momentos intensos, fugaces, placenteros que te hacen sentir vivo. Hacer que cada segundo cuente, que cada instante sea único, especial e irrepetible, no se me ocurre mejor manera de ser feliz. Y ahora piensa “¿Cuáles son las piezas de mi puzzle?”. Cuando las descubras, dedícales tiempo, conviértelas en tus pasiones y vívelas intensamente.

Lo mejor de ti