martes, 21 de diciembre de 2010

La atracción de la risa.

Hace un par de días, mirando artículos de investigación que me ayudaran a tener alguna idea para el blog encontré un estudio interesantísimo (Véase Bresseler y Balshine 2005). Su estudio trataba sobre la risa y su poder de atracción en el sexo opuesto.


Resumiendo un poco y ahorrándoos la lectura, las conclusiones a las que llegaban eran tan simples y geniales como ya conocidas por la cultura popular; las mujeres se sienten atraídas por los hombres que las hacen reír. Si chicos, cuando una chica nos dice que le gustan los hombrees que la hacen reír ¡Esforzaros en hacerlo! ¡Funciona! ¡Demostrado científicamente! Hacer reír a esa chica que tanto nos gusta nos dará muchos puntos, pero cuidado chicos, no nos excedamos, su humor es más “refinado” que el nuestro.

¿Y qué pasa con los chicos? Ya lo habrás deducido, a los chicos nos encanta que nos rían las gracias, nos gustan las chicas que nos dan su atención y se rían de nuestras absurdeces. ¿Sorprendid@? ¿No, verdad? Por norma general ellas prefieran las bromas sutiles, los comentarios con doble sentido, los chicos somos algo más simples y nos gusta el humor algo más absurdo y escatológico.

Después de ver este articulo, uno, risueño y contento por la lectura que acababa de tener llego a una de sus propias, personales y a veces absurdas conclusiones ¡Qué maravillosa simbiosis! A las chicas les encanta que las hagan reír, a nosotros que nos rían las gracias… ¡Hagamos reír a esa chica especial! Y chicas por favor, aun que a veces sean muy malas y os cueste sonreídnos.

Todo esto, que podemos intuir o conocer por el saber popular transforma en ciencia con un experimento y de eso va la ciencia. Os voy a confesar una cosa;a mí hay pocas cosas que me hagan más feliz que ver sonreír a esa chica tan especial, llamadme sentimental, pero en ese momento pararía el tiempo.

El estudio ha dado en el clavo.

martes, 14 de diciembre de 2010

El encantador de personas.

Este fin de semana me levanté pronto y aproveché para realizar alguno de los múltiples trabajos que he de entregar esta semana. En una de las paradas que hice para tomarme un respiro enchufé el televisor, en la pantalla aparecía un chiwawa agresivo, celoso e inseguro en los brazos de una dueña, con aparente baja autoestima trataba al animal como un bebe. Como ya supondréis, estaba viendo el maravilloso programa de “El encantador de perros”.

En él, el carismático Cesar Millán, “conductista canino”, usa su metodología para “adiestrar a las perros y entrenar a las personas”. Para ello Cesar utiliza una su metodología, basado en la calma, la paciencia y una energía firme para mejorar la relación entre las personas y sus mascotas, consiguiendo con ello que ambos estrechen lazos emocionales. Cuando acabó el programa me pregunté: “Bueno ¿Y qué sería de un encantador de personas? Cesar usa técnicas que no solo valen para los perros”. Lo sé, pienso cosas muy raras.

Ahora mismo, querido lector, puede preguntarse “¿Este tío está comparando el comportamiento de un perro con el de un ser humano?”. Y no le quito razón, pero pensad un poco en ello ¡No es una idea tan descabellada! Desde hace casi 100 años conductistas como Pavlov (con perros) o Skinner (con palomas) estudian el comportamiento animal y lo extrapolan al ser humano para comprobar su correspondencia.

Pondré un ejemplo, fijaros en el chiwawa del que hablaba antes, era inseguro, lo que le llevaba a ser celoso y tener un comportamiento agresivo y sobreprotector. A la base de esta emoción está el miedo de perder o de que dañaran a su dueña, dueña que estaba totalmente condicionada por el comportamiento del perro y sus bajos niveles de autoestima.


Algo tal que así

Ahora cambia perro y dueña por pareja ¿Cuántas relaciones así conoces? ¿Ves como no es tan descabellado? Vale, no se puede aplicar de forma literal, no quiero que le deis un toque a vuestras parejas con la mano en forma de dentadura mientras le gritáis “tshhh no”, tampoco quiero que seáis “el líder de la manada” y lo de sacarlos a pasear 40 minutos al día es opcional. Quiero que os quedéis con la filosofía de del comportamiento firme, calmado, la energía serena y (dato fundamental) cambiar la sumisión que plantea Cesar por la comprensión (que planteo yo).

Y recordad otro punto importante de su filosofía, vivir el aquí y el ahora, el presente, centraros en él. El pasado son solo recuerdos, el futuro incertidumbre, lo que importa es el presente. Esa energía, viviendo el presente y con empatía nos llevara a poder unir lazos y, como dice Cesar, vivir la experiencia completa, lo que para mí es lo más importante.

¡Así si!

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miércoles, 8 de diciembre de 2010

El teatro del cambio.

La semana pasada hablábamos sobre el cambio, sus diferentes fases y las circunstancias por las y problemas que teníamos a la hora de realizar el proceso de cambio. Esta semana nos centraremos en las dificultades que surgen dentro del proceso.

Una vez iniciado este proceso pueden surgir multitud de problemas, las cosas no siempre ocurren como nosotros queremos y hay cosas que pueden escapar de nuestro control, esto generalmente nos puede producir estrés y una sensación de falta de control y de caos en nuestra vida.

Cuándo surgen los problemas en el proceso de cambio ¿qué debemos hacer?, lo primero que debemos de tener en cuenta es que, durante este proceso se van a producir una serie de perdidas. Cuando realizamos una transición siempre dejamos algo atrás, pero las ganancias y nuestra meta son más importantes y las valoramos más que a esas pérdidas, pero nadie dijo que renunciar a cosas que tenemos o que damos por supuestas fuera fácil. En estos casos solución es centrarse en el proceso de cambio, ser pacientes e ir ganando poco a poco lo que queremos, de forma constante y sin acelerarnos.

Por otro lado, como comentábamos anteriormente, durante el proceso surgen pueden surgir problemas con las personas que nos rodean, con esas personas que nos mienten piadosamente diciéndonos que nos quieren cuando en realidad lo que quieren decir es que nos controlan, personas que no quieren que realicemos el cambio porque eso supondría dejarles atrás o simplemente nos sentimos agobiados por la gente.

Para este tipo de situaciones podemos realizar lo que me gusta llamar “punto de disociación”. Es muy simple, pero a la vez muy complejo y requiere paciencia, entereza y conocimiento de uno mismo. Cuando nos encontremos antes este tipo de situaciones problemáticas hemos de alejarnos del proceso, hemos de tomarnos un tiempo del proceso, de la situación y de la gente que nos rodea. Una vez fuera del proceso, y esto es lo difícil, hemos de observar la situación de forma objetiva, analizar los fallos y ver qué podemos hacer para volver a encauzar el proceso de forma positiva. Una vez redirigido el proceso, hemos de volver a el y seguir con el la transición.

Esto que parece muy complicado puede resumirse de forma simple con la metáfora del teatro. Imagina que eres el protagonista y director de una obra de teatro. Cuando actuamos tenemos a los otros actores secundarios interactuando con nosotros, entre ellos, actuando de una forma que no siempre nos satisface, en otras ocasiones no son buenos actores u ocupan un sitio que nos les merece.

Como actor y director puedes salir de la escena, recolocar a los actores, quitar a los malos, alejar a los que molestan, acercar a los actores que realmente quieres o te interesan. Has tomar constancia de la situación y actuar para volver a escena. Tú eres el protagonista y el director, el proceso ha de ser como tú desees, como te haga feliz y no como te impongan los demás. ¡Es el teatro de tu vida! ¡Haz que merezca la pena!


Lo mejor de ti