martes, 30 de noviembre de 2010

El cambio

No os voy a decir nada que no sepáis ya, nuestra vida está en constante cambio, casi sin darnos cuenta estamos inmersos en multitud de procesos de transición. Un cambio, de forma muy resumida y esquematizada seguiría un patrón similar a este:

Pero hemos de ser conscientes de que no siempre seguimos este camino, en ocasiones estamos tan orientados a la meta que tratamos de reducir el proceso todo lo que podemos; en pocas palabras queremos conseguir la meta YA. El problema que genera esta situación es realmente fácil de ver, se describe perfectamente con la frase “hacer las cosas rápido y mal”. Queremos nuestra recompensa al instante, como la consigamos nos da igual. Curiosamente esta es la forma de realizar los procesos de cambio en personas dominantes, personas que “quieren algo y lo quieren ya”, personas con baja tolerancia a la frustración que buscan alcanzar su meta sin importar todo lo demás.


En el polo opuesto encontramos a los que no se atreven a comenzar el cambio, prefieren permanecer en su situación actual antes de enfrentarse a todo el proceso de transición. Esto conlleva muchos problemas, el más claro es que, desgraciadamente, nunca consiguen sus metas soñadas. Este tipo de orientación suele estar relacionado personas con la autoestima baja que actúan de forma pasiva. Podemos ver como no consiguen el valor suficiente para afrontar el cambio, están tan anclado en ellos mismos o lo que les ancla a esa situación es otra persona que les manipula para no iniciar el cambio. Pensamientos recurrentes y reiterativos llegan a la su mente, pensamientos fruto de la inseguridad: “Haga lo que haga lo voy a hacer mal”, “para eso no lo hago”, “voy a fracasar” o la famosa “es perder el tiempo”, .

Afortunadamente no todos somos así, existimos los llamados “orientados al proceso”. Nosotros no centramos en el proceso y en el cambio, realizamos esta transición disfrutando de todas las partes del proceso, nos esforzamos, arriesgamos y vivimos el momento. Los orientados a la tarea n tenemos miedo al fracaso, sabemos que es la mejor forma de aprender y solamente reinicia el proceso. Los orientados a la tarea no tomamos atajos, somos paciente, exigentes, sin prisas pero sin pausa vamos alcanzando nuestras metas.

¿Y tú? ¿Dónde está tu orientación? ¡Vive y disfruta de cada momento del proceso!


martes, 23 de noviembre de 2010

El pensamiento cromático

Hace unos días hablaba con una amiga y compañera de clase sobre la típica y reiterada frase optimista/pesimista de:”El vaso está medio lleno o medio vacío”. Mientras ella me preguntaba cómo veía yo el vaso, uno para variar, se salió por la tangente:” el vaso no está medio lleno ni medio vacío, el vaso está completamente lleno, dentro de él no solo hay agua, hay aire, partículas, etc, pero el vaso está completamente lleno.”

Este ejemplo me parece bastante bueno para explicar lo que entendemos por pensamiento digital (también conocido como pensamiento en blanco y negro o bidireccional) y el pensamiento analógico. La cosa es muy simple; un pensamiento de blanco y negro o digital es un pensamiento dicotómico y bidireccional, ese tipo de pensamiento transcurre en una línea, va de un punto A “lo que yo creo” a un punto B “lo contrario de lo que yo creo”.

Una imagen ilustrativa sobre este tipo de pensamiento.

El problema es que este tipo de pensamiento es bastante común y la cuestión es que trae muchas complicaciones. Como comentaba anteriormente el egoísmo se ha convertido en un valor en alza en la pareja, este egoísmo reduce nuestra capacidad de empatía (entendiendo empatía como nuestra habilidad para colocarnos en la piel de otra persona) y nos lleva a pensar que si nuestra pareja no piensa como nosotros, no nos comprende , no nos quiere o no le importamos cuando en realidad esto no es cierto.

Una parte de la pareja que tenga este pensamiento opinará o creerá que el pensamiento “blanco” es el mejor , el único y si no se da entonces nos sentimos frustrados e incomprendidos. Y es el gran problema de este tipo de pensamiento que como solo tiene dos polos y se mueve dentro de esa polaridad, encontrar el pensamiento contrario es muy fácil.

Cuando en una pareja los dos piensan “blanco” las cosas van bien, pero cuando uno piensa “blanco” y el otro “negro” comienzan los problemas, entonces entramos en el juego que comentaba en otro post, empiezan a lanzarse argumentos manipulativos con el fin de ver quien hace más daño para mantener su posición dominante dentro de la pareja. ¡Entender una relación en estos términos me parece absurdo!

Por fortuna no todos pensamos de este modo y estamos orgullosos de tener una visión colorida, un “un circulo cromático” emocional basado en la empatía y en la capacidad de resolver problemas. La gente que poseemos un pensamiento analógico somos capaces de salirnos por la tangente del pensamiento bidireccional y buscamos todos los colores que se dan dentro del espectro.

Mejor ¿Verdad?

Esta capacidad hace que podamos adaptarnos a muchas situaciones y busquemos siempre la mejor solución al problema de una forma creativa, gracias a este pensamiento conseguimos comprender a nuestras parejas, conseguimos satisfacerlas y vivir relaciones plenas. Con esta perspectiva conseguimos llegar a un amplio espectro emocional que nos permite acercarnos más y mejor a las emociones de nuestra pareja. ¿No es eso lo que querríamos en una relación?

¡Sabemos que no vivimos en un mundo de blanco o negro, vivimos en un mundo repleto de colores que podemos y debemos disfrutar!

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Agradecer a los que habéis colaborado en este post, en especial a Dani y a Lucía.
Y cómo no, gracias a Diario de una Clacker por su apoyo incondicional.
¡Mil gracias!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Amor, creatividad y monotonía

En este momento estoy acabando de leer el maravilloso libro de Eduardo Punset “Viaje al amor”, un libro que me ha llevado a reflexionar sobre multitud de aspectos emocionales, me ha hecho cuestionarme muchos conceptos y preguntarme sobre hechos que daba por supuestos y nunca me había preguntado el porqué.

En uno de los apartados del libro Punset lanza la siguiente reflexión: “El amor aumenta la creatividad”. Esto me hizo pensar durante un buen rato, al cabo de unos minutos, no pude evitar pensar: “¡Diablos tiene razón!”Esto me llevó a levantarme de un salto del sofá e ir corriendo a escribir en el ordenador, mientras mi perrita volvía a mirarme como si estuviera loco, pobrecita, no la culpo.

Pensadlo un poco; cuando nos gusta alguien somos realmente originales y esa originalidad tiene un fin claro: Atraer la atención de la persona que nos gusta y llamar su atención ¡Podemos hacer cosas realmente asombrosas por amor!

Una vez conseguido conquistado a esa persona tan especial para nosotros, el comportamiento creativo se mantiene durante unos meses hasta que la asesina del amor, la aniquiladora de la creatividad, la eliminadora de la pasión… LA MONOTONÍA. Después de vivir la experiencia emocional de un amor completo, creativo y activo llega la monotonía, dejamos de amar a nuestra pareja y ese amor se va transformando poco a poco en cariño haciendo que comportamiento pasional y creativo entre en peligro de extinción.

Ahora es cuando llega la compañera de la monotonía: la pereza. ¿Para qué voy a ser original sí ya tengo todo lo que quiero de mi pareja? Es la pregunta sobre la que, de forma inconsciente, se mantiene este comportamiento. Cuando ya conseguimos lo que queremos nos acostumbramos y pierde valor, pero… ¿Qué ocurre cuando lo perdemos? Que volvemos a valorarlo, tan triste como paradójico. Pues a mí esto me parece totalmente absurdo, mira soy así de raro, soy de esas personas que valoran a su pareja día a día y se esfuerzan para conseguir una felicidad conjunta.

Bueno, lo que uno plantea, llegados a este punto, es una lucha incansable contra la monotonía, dedicar cada día unos minutos a pensar, esforcémonos en ser originales un ratito. Sí lo hemos sido antes ¿Por qué no ahora? ¡Sabemos que la persona que está a nuestro lado lo merece!

Permíteme un pequeño consejo, cuando acabes de leer este post (no antes) apaga el ordenador, levanta tu trasero de la silla y…




¡MUÉVETE!


Voy a poner un pequeño ejemplo: A mí personalmente me encantan los “besos furtivos”, me explico; me vuelve loco que me besen sin motivo y de forma inesperada. Un gesto en apariencia tan simple pero de una creatividad y originalidad excepcional, de un cariño y pasión sublimes…En resumidas cuentas y como bien decía antes, me vuelve loco.

Pues ahora toca esforzase, dedicarle tiempo, dar lo mejor de uno mismo y sorprender a tu pareja ¡se lo merece! Y las excusas no me valen, dejemos de remolonear y de pensar en nosotros mismos para valorar a nuestra pareja y ¡Sorprended! Sí no sabéis como empezar yo os recomiendo un beso furtivo, el resto es cosa vuestra. Y cuando os pregunten:” ¿A qué viene esto?” responded con una gran sonrisa: “El amor fomenta la creatividad”.


lunes, 8 de noviembre de 2010

Amor ¿valor en crisis?

Voy a permitirme el lujo de citar a uno de los grandes de la psicología española: Ismael Quintanilla. En una entrevista reciente para el programa Gente de televisión española, la reportera hacía la pregunta que da título a este post al profesor Quintanilla. Él, con su espléndida capacidad de comunicación y su gran carisma, respondía de la siguiente manera: “El amor no es un valor en crisis, el problema es que el egoísmo es un valor en alza en nuestra sociedad.” (…) “No podemos explicar el amor en términos de egoísmo”. Ante tal afirmación (y una vez recuperado del shock inicial) solo pude levantarme del sofá y aplaudir entusiasmado mientras mi perrita me miraba como si estuviera loco, no sin razón.

El amor, representa un valor universal, expresión cúspide de la libertad, el afecto y el apego. El problema es que dejamos de entender el amor en esos términos, dejamos de ver el amor como la trascendencia del propio ser en busca de una felicidad conjunta, dejamos de ver el amor como un sentimiento de profunda unidad. Dejamos todo lo que en realidad ha de representar el amor por una visión egoísta, basada en la inseguridad, basada en el siguiente miedo “me van a quitar lo que es mío”.

Cuando uno ve parejas que basan su relación en términos de egoísmo se da cuenta de un pensamiento muy común y recurrente en ellos: “Es mi@, es de mi propiedad, soy un dominante inseguro y esa persona es mi@”. Y no olvidemos la genial: “Sí yo sé que la/le quiero, pero tengo miedo a que otr@ me la quite” y con ese pensamiento comienzan los problemas... Entonce uno se pregunta “¿Nos hemos vuelto locos?”

Uno contempla con estupor como este tipo de parejas viven con ese temor constante a que le quiten lo que “consideran suyo”, en ocasiones solo les falta ponerle un post-it en la frente con la frase “propiedad de…” u orinar en la pierna de sus parejas para acabar de marcar territorio. Siento ser tan escatológico, pero es la imagen mental que me viene cuando veo a una de estas parejas, parejas que ya no expresan su amor en términos de afecto, de apego, afiliación o libertad sino que juegan a ver quien hace menos daño al otro.

Otra cosa que me sorprende es el trato que dan a los demás cuando sale el tema de las relaciones. Uno ha llegado a escuchar perlas como las siguientes: “Claro, no tienes pareja, no puedes ponerte en mi situación”,”cuando tengas novia lo entenderás”, “no puedes saber lo que pasa en una relación de pareja” o mi preferida “¿no te has preguntado por qué no tienes novia?”.

Entonces la siguiente imagen llega a mi cabeza:

La explicación es simple gente egoísta e insegura, son expertos en la manipulación, la necesitan diariamente para mantener sus relaciones en el juego “quiere más el que menos daño hace”. Ese pensamiento manipulativo se extrapola a las relaciones con su entorno y tú, como parte del entorno y totalmente en contra de este comportamiento te conviertes en un daño colateral. Su argumento quiere dejarte en una posición de ignorante, pero, oye, así no vas a solucionar nada, a mi incluso me producen cierto sentimiento de compasión.

En primer lugar, he tenido pareja, en segundo lugar soy una persona con conocimientos y un alto grado de empatía, quien me conoce bien lo sabe, y por último pero no menos importante, no tengo pareja por qué no quiero una relación como la que tú tienes, relación que desgraciadamente se está convirtiendo en la norma.

Me gusta ser un friki emocional fiel a sus principios que busca y desea encontrar a otra friki emocional con la que compartir esos valores de afecto, apego y libertad. ¿He de resignarme a dejar de entender el amor de esta forma para entenderlo desde una profunda visión egoísta? Pues oye ME NIEGO A RESIGNARME.

martes, 2 de noviembre de 2010

Luego el raro soy yo…

No lo voy a negar, me considero una persona fuera de lo común. Esto me ha llevado a observar durante bastante tiempo ese comportamiento común , y después de mucho razonar ( con mayor o menor exito) he llegado a una conclusion : "Me alegro de ser raro".

Para empezar creo que es necesario delimitar conceptos y el primero de ellos es, obviamente, raro. Estos son algunas definiciones extraídas de la R.A.E :

1. adj. Que se comporta de un modo inhabitual.

2. adj. Extraordinario, poco común o frecuente.

5. adj. Extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse.

Llegados a este punto puedes ver por donde van los tiros. Un comportamiento raro es aquel comportamiento fuera de lo común, esto nos lleva a preguntarnos: ¿es el comportamiento común un comportamiento correcto? ¿Es más es un comportamiento sano? ¿Es bueno para nuestro estado de ánimo y para nuestras emociones?.La respuesta a todas esas preguntas es un rotundo NO.

De esto va toda esta historia, gran parte de los comportamientos que aceptamos y que son intrínsecos a nuestra conducta son realmente dañinos para nosotros, son conceptos anclados en nuestra personalidad y están basados en conceptos insanos , inmaduros y restrictivos. Lo que más me enerva de todo esto es que son comportamientos socialmente extendidos, aceptados y en infinidad de ocasiones son el pilar de la relaciones.

El pequeño objetivo de este blog es hablar, reflexionar y poner delante nuestro este tipo de comportamientos, emociones, pensamientos y reflexiones tan comunes como perjudiciales. ¿Con que finalidad hago esto? Pues tratar de difundir un poco de bienestar emocional, dar herramientas para poder mejorar y tratar de dar un enfoque algo más positivo y “extravagante” a nuestras emociones y sentimientos. Eso sí, dejando de lado todo el lado patológico del comportamiento, de eso ya se encargarán mis colegas de clínica.

Y con este blog, a título personal, espero no ser el único raro y orgulloso de ello, cariñosamente me gusta llamarnos “frikis emocionales”, personas emocionalmente competentes que no se dejan influir por esos comportamientos, personas que viven según sus propio criterio emocional, personas que no se dejan manipular… Quiero encontrar más frikis emocionales :D

Lo mejor de ti